El alcohol es la droga más antigua. El vino y la cerveza aparecen en documentos egipcios y mesopotámicos. También en el Antiguo Testamento.

El cannabis es originario de la zona del Mar Negro y su uso se remonta al periodo Neolítico. De allí pasó a la India, desde donde se extendería a Oriente y el Pacífico. Tras extenderse por la cuenca oriental del Mediterráneo, seguirá el curso del Nilo y se extenderá por África, siendo una de las drogas más populares del mundo árabe.

El opio es originario de la cuenca mediterránea. Fue usada por los sumerios, por los médicos egipcios y enormemente comercializada en Roma. En la Edad Media, el opio llega a China, y bajo el dominio del Islam, su uso se extendió desde el Mediterráneo al Pacífico.

Mientras, en la Edad Media europea, la elaboración del alcohol estaba en manos de la Iglesia, que combatía las demás drogas al considerarlas demoníacas.

En el Renacimiento y con el descubrimiento de América, llega a Europa la flora americana, pero las drogas exóticas no serán nunca tan populares como el opio. Cuando Parecelso inventa el láudano, o tintura de opio, este se convierte en la gran panacea (sirve para curar muchas cosas como la disentería, para hacer dormir a los niños, etc.). Sobre todo de América llegará una de las drogas con más poder adictivo: El tabaco, planta ceremonial por excelencia entre los indios, la cuál se extenderá rápidamente por todo el mundo.

En el siglo XVII se extenderán con gran rapidez por Europa excitantes como el (originario de China) y el café (originario de Arabia). También entonces se generaliza la fabricación de licores destilados que conducirán al alcoholismo a gran parte de la población europea sin recursos. A lo largo del mencionado siglo, el tabaco se convierte en un floreciente negocio y monopolio estatal de los imperios.

En la época colonial, Inglaterra introdujo el cultivo de opio en la India y su contrabando en Oriente fue muy lucrativo. La resistencia de China al cultivo de esta droga provocará las guerras del opio. La victoria de la metrópoli garantizará la continuidad del mercado negro bajo control inglés.

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Siglo XIX

En este siglo ya queda muy poco de los usos rituales y mágicos del pasado. Ahora, los progresos en química y medicina desembocan en la industria farmacéutica moderna. Los médicos recetan drogas como cura, las cuáles están asimismo al alcance de cualquiera en las boticas. Se usan como evasión, como búsqueda de placer y de sentido de un mundo que está cambiando con mucha rapidez. Los artistas y burgueses experimentan con opio, cannabis y con nuevas sustancias de las que también disfrutan las clases más bajas, como por ejemplo el éter o el óxido nitroso, que los pobres consumen mezclado con alcohol para emborracharse antes.

El primer alcaloide en identificarse, a partir de 1803, es la morfina, a partir del opio. Se usó profusamente en medicina, creando un importante colectivo de adictos. La cocaína se aisla por primera vez en 1859 y se comercializará durante medio siglo bajo la forma de tónicos curativos y estimulantes, ignorando su capacidad adictiva. Sigmund Freud fue uno de sus mayores defensores, recetándola a sus pacientes y contribuyendo a promocionar su uso como anestésico local. Cambió de opinión a raiz de la muerte de su mentor por sobredosis de esta sustancia. Bajo efectos de la cocaína, Robert Louis Stevenson escribió “El Dr Jekyll y Mr Hyde” en una semana, obra que narra en clave de ficción los efectos de la adicción a las drogas sobre un hombre.

A finales de siglo se sintetizó la diacetilmorfina, también llamada heroina. Su descubrimiento fue paralelo al de la aspirina y convirtió en gigante de la química a su descubridor, los laboratorios Bayer. El clorano y los primero somníferos y barbitúricos aparecen en escena y hacia el 1900, todas las drogas conocidas, lo mismo que las jeringuillas hipodérmicas, se encuentran en farmacias. Se anuncian libremente y pueden incluso comprarse por correo. Son símbolos del progreso y su lucha contra la enfermedad.

Siglo XX

Una serie de movimientos (Iglesia, sindicatos más progresistas, etc.) alzan sus voces contra el uso de las drogas, preocupados pòr las condiciones de vida de la clase obrera. Esto contribuye a empujar a gobiernos y organismos internacionales a controlarlas cada vez más. Pero no era fácil. Primero, por razones morales, y luego de salud y orden público, las prohibiciones iban a empezar. Se trataba de llevar a cabo una cruzada contra el desorden liderada por los Estados Unidos.

A mediados de siglo aumenta la producción mundial de drogas, amparada en las crisis internacionales y conflictos bélicos. La Segunda Guerra Mundial favorece la investigación de nuevos fármacos: benzodiacepinas, los primeros ansiolíticos como el Valium, la talidomida, el LSD25, droga semisintética extraida del cornezuelo del centeno. Esta última, con sus poderosos efectos, abriría una nueva época en la historia de las drogas.

La demanda de drogas de todo tipo se dispara. Mientras, se van produciendo una serie de prohibiciones y grandes declaraciones contra su consumo. Los gobiernos y los organismos internacionales pretenden ejercer control legislativo y penal para conseguir un mundo sin drogas, pero con poco éxito.