Con esta entrada completo la serie dedicada a los precursores de la política social. Los anteriores fueron Louis Blanc, Lorenz von Stein y Sismonde de Sismondi.

GUSTAV SCHMOLLER (1838-1917) fue un economista alemán.

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Características principales de su pensamiento

  • Su contribución más importante a la política social fue la “moralización” de la Economía política.
  • Criticó el laissez-faire, no considerándolo moralmente neutral, tal y como afirmaban sus partidarios.
  • El Estado no debe quedar indiferente ante la injusticia que genera el tráfico económico. Esta injusticia se genera por la degradación de la idea de comunidad, o por la confusión sobre sus fines, que no consisten únicamente en la adquisición de riqueza.
  • Según el punto anterior se justifica la intervención del Estado, que debe ponerse al frente de una verdadera reforma social.
  • También critica la teoría socialista de la economía, ya que piensa que las cuestiones decisivas nunca se plantearon.
  • Fue un creador de instituciones. Una de ellas fue la Asociación para la Política Social, en 1873. Se trató de una asociación privada, que investigó sobre cuestiones económicas y sociales, redactando informes técnicos, para así proponer medidas de reforma al legislador.
  • Para Schmoller, ninguna revolución era inevitable. Pero el Estado puede evitar o al menos retrasar la quiebra del orden social mediante reformas sociales.

Gustav Schmoller es considerado figura ejemplar del llamado “Socialismo de cátedra”. Socialismo de cátedra es la denominación irónica aplicada a un grupo de profesores y políticos alemanes representantes de la escuela ético – social de la segunda mitad del siglo XIX, los cuales “fundamentaron” teóricamente, por primera vez, la idea de la integración pacífica del capitalismo en el socialismo. Los socialistas de cátedra contribuyeron a forjar un nuevo modelo de Estado sobre bases antiliberales: el Estado Social. Era urgente reducir a toda costa el enfrentamiento entre las clases, y la solución pasaba por la democracia representativa y, por tanto, por integrar a las clases trabajadoras en un proyecto político nacional. Entre el liberalismo y el socialismo existía, a su juicio, la vía menos traumática de las reformas sociales. La siguiente máxima de Gustav Schmoller resume bien su posición: “Toda revolución se podría evitar con una reforma oportuna. Y todo el progreso de la historia consiste en hacer reformas en lugar de revoluciones”. Los socialistas de cátedra no pretendían un cambio radical del sistema ni la supresión de la libertad de industria ni la de las relaciones salariales. Abogaban, sin embargo, por la promulgación de una legislación social, por la libertad de los trabajadores para crear sindicatos, propugnaban la inspección de las fábricas, el control de los bancos y de las casas de seguros, y sobre todo reclamaban investigaciones y encuestas sobre la cuestión social. La respuesta a la cuestión social va a consistir, por tanto, para estos profesores universitarios, en una combinación de reformas sociales planteadas y promovidas por el Estado social a partir de informaciones contrastadas proporcionadas por la Sociología.

Desde la perspectiva liberal, las crisis únicamente podían ser explicadas como efectos producidos por causas exógenas a la natural evolución económica, es decir, por obstáculos y barreras al libre desarrollo del mercado. Los liberales encontraron también otro factor explicativo: la pereza, incapacidad e inmoralidad de los trabajadores que optaban por una falta de rendimiento dolosa. Para los marxistas, sin embargo, las crisis económicas derivaban del carácter caótico y competitivo de la producción capitalista que seguía una lógica autónoma, desvinculada de las necesidades y de las demandas sociales. Para algunos miembros de la Escuela histórica alemana de economía, como, por ejemplo, Schmoller, las crisis operaban como reguladores de la economía, eran algo así como reajustes tecnológicos, pero su precio social era enorme pues se pagaban con la pauperización y el desarraigo del proletariado. De ahí la importancia que los socialistas de cátedra conferían al Estado en el desarrollo de una economía social, en tanto que centro y corazón de todas las instituciones.

Los socialistas de cátedra revolucionaron la hacienda pública y promovieron un nuevo tipo de propiedad, la propiedad social, avalada por el Estado de Derecho, lo que constituía a la vez una alternativa a la propiedad privada de los liberales y a la propiedad colectiva preconizada por comunistas y socialistas. Favorecieron así un cambio social de enorme magnitud, pues sus propuestas contribuyeron a abrir la vía al nacimiento del Estado social democrático, en cuyo marco reclaman un nuevo papel para la función pública entendida como servicio público.

Fuente: Politicas sociales. Carmen Alemán Bracho, Civitas Ediciones, S.L., 2009

Espero que os haya gustado esta serie y muchas gracias por vuestras visitas :).